En el caso de los videojuegos, es un mecanismo que registra el estado del juego sin la interferencia del jugador. El guardado automático tiene como objetivo evitar la pérdida de datos y la necesidad asociada de repetir partes extensas del juego en caso de un bloqueo temporal de la computadora o una salida accidental del programa. A menudo, usar el guardado automático también es un rescate para los jugadores que se han olvidado de hacer un guardado estándar.
También hay juegos en los que el autoguardado es la única forma disponible de guardar el estado del juego, lo que puede aumentar significativamente el nivel de dificultad, especialmente si los puntos de control que inician el guardado automático se encuentran muy raramente. A su vez, en las producciones centradas en la capa narrativa y en la toma de decisiones morales, dicho mecanismo consiste en evitar cambios en las decisiones una vez tomadas si sus consecuencias resultan desfavorables para el héroe.
Como regla general, los juegos admiten un lugar para el autoguardado, que se genera al pasar entre ubicaciones, después de completar una parte importante del juego (por ejemplo, nivel) o antes del choque con oponentes exigentes.